Lionel Messi y la teoría de la creatividad
Autor: Federico Baraya Galán
Empresa: Háptica
Me gusta ver a Lionel Andrés Messi jugar porque nunca sé con qué podrá salir. Parece una caja de herramientas creativas: puede eludir jugadores de distintas formas, hacer goles que parecen cuadros surrealistas y hasta hace goles con las manos. Hace poco, mientras tomaba cerveza y veía un partido, un amigo me dijo que Messi es lo que es gracias a su creatividad en el campo. Y lo que él quería decirme era que la creatividad es una característica de unos pocos, pues solemos pensar que su creatividad es un don divino. Como si los dioses, antes de que él naciera, dijeron: Lionel será muy creativo. ¿Será que la creatividad funciona así? ¿Es una habilidad que algunos tienen y otros no? En Háptica no creemos eso. Es más, nosotros utilizamos el apellido del astro argentino cuando estamos en sesiones de creatividad de la siguiente forma: “ponte en estado Messi”.
La creatividad es un estado. Sí, leyeron bien. Y al serlo, se puede entrar en él. Así como la materia puede pasar del sólido al líquido y también al gaseoso, las personas podemos pasar del piloto automático al estado Messi y para esto existen una serie de teorías que nos ayudan a hacer esa transición. Sabemos que las sesiones de creatividad pueden estar rodeadas de ansiedad y que no hay nada más miedoso que la hoja en blanco. Es por eso que en Háptica tenemos unas estrategias que utilizamos para ayudarnos a derrotar la ansiedad, la hoja en blanco y entrar en el estado de creatividad. En este texto hablaremos de tres: la teoría de la restricción, mundos paralelos y la asociación forzada.
Teoría de la restricción:
Esta teoría propone, como bien lo dice su nombre, restringir para abrir las posibilidades. ¿Cómo? Sí, cuando le decimos al cerebro que no puede hacer algo, le permitimos que busque en otros lugares para poder resolver el reto. Es como decirle: “No puedes usar esta estrategia pero mira las muchas otras que existen”.
Un ejemplo de esto son los tiros libres de Messi. Cuando él ve que las personas que forman la barrera son muy altas, entiende que tirar el balón por encima no es una opción. ¿Entonces qué hace? Cobra los tiros libres a ras de piso. Por otra parte, en talleres de Naming puede ser útil, por ejemplo, decirle a los participantes que no se pueden poner nombres propios. O, que no se pueden usar palabras de una sola sílaba. Es decir, lo importante es restringir para que nuestro cerebro se dé cuenta de que hay muchísimas opciones.
Mundos paralelos:
Aquí la idea es descomponer las lógicas de un mundo para utilizarlas en otro. Lionel Messi, por ejemplo, descompuso las leyes de las física para aplicarlas en su golpeo de balón.
En Háptica construimos muchos conceptos y como los haptiqueños vienen de distintas áreas del conocimiento, es normal que utilicemos sus mundos para aplicarlos en otros. Por ejemplo, utilizamos la lógica de la literatura: la trama, los personajes, el punto de giro, la historia, y llevamos todas esas características al mundo farmacéutico para construir un evento para médicos.
Asociación forzada:
A Lionel Messi le tocó acostumbrarse a que lo compararan con Diego Armando Maradona. Tanta fue la insistencia, que un día, antes de salir al Camp Nou se preguntó, ¿y si yo fuera Maradona cómo haría un gol hoy? Entonces salió y recreó el gol que hizo Maradona contra los ingleses en el Mundial de 1986. Esta es la asociación forzada: imponer un elemento dentro del reto. En este caso Messi hizo el gol como alguien más. Pero también puede ser que la asociación forzada sea poner elementos tecnológicos, o crear una pieza gráfica en forma de receta. La asociación ya depende de cada persona. De aquí, por ejemplo, sale una herramienta que, de pronto, muchos de ustedes han usado: “y si fuera…”
Como pueden ver la creatividad no es un don divino. Tampoco es, como dicen muchas personas, un momento de lucidez que viene gracias a las musas. La creatividad es un estado en el cual se puede entrar y salir. Uno en el que podemos convertirnos en visitantes recurrentes. Messi lo hace y nosotros, los haptiqueños, también nos hemos convertido en transeuntes recurrentes. Si no me creen, les voy a contar esta pequeña anécdota de Angélica Flechas para cerrar el tema. Ella, después de reorganizar su clóset, se dio cuenta de que tenía distintas categorías de ropa y las enumeró. Entonces, todas las mañanas, le pide a su esposo que le diga un número, y según lo que él diga ella arma su pinta del día. De esta forma, me dice ella, se obliga a entrar en estados de creatividad desde muy temprano.
Así que la próxima vez que alguien diga que no es creativo, ustedes ya saben cómo enseñarle a serlo, casi como si fuera un acto de magia.
¡Nos vemos en el estado de la creatividad!